Las azoteas de algunos edificios quedan desaprovechadas durante la mayor parte del año. Se trata de espacios normalmente amplios y expuestos a condiciones meteorológicas muy adversas.

Tanto en pequeños edificios como en grandes inmuebles, la azotea ha de ser protegida y, si es posible, cerrada según los criterios profesionales de nuestros operarios. El cerramiento de una azotea es, generalmente, un trabajo complejo.

Habitualmente son espacios grandes, y no estamos hablando de disponer vallas o rejas de cierta altura. Un cerramiento total en una azotea proporcionará diversos beneficios a los inquilinos, trabajadores o cualquier persona que resida o transite con frecuencia el edificio.

Entre los materiales de que podemos servirnos, encontramos en cristal como uno de los más interesantes. Son paneles de cristal templado cortados a medida, con espesores diferentes según las necesidades. Si teme por la integridad de su cerramiento, sepa que el vidrio templado es un material extraordinariamente resistente.

De hecho, es actualmente uno de los materiales traslúcidos que ofrece mayor resistencia, por ello puede utilizarse tanto para un solárium como para una mampara de ducha.

Este último es interesante en el sentido de que las caídas pueden provocar rotura de la mampara, agravando la propia caída mediante posibles cortes. La estructura de policarbonato es irrompible, por lo que no caben esperar situaciones de ese tipo.

Por otro lado, en los cerramientos de azoteas también puede ahorrarse mediante la disposición de cerramientos con aluminio o con PVC. Este tipo de perfiles tienen que poseer características muy concretas para que sean deseables desde un punto de vista del aislamiento térmico.

Por ejemplo, es imprescindible que las estructuras tengan una mínima trasmisión de frío o calor. En el caso del aluminio, este problema se resolverá en fábrica, disponiendo los perfiles con integración de productos para la rotura del puente térmico. Si necesita cerramientos móviles en su terraza o azotea, háganoslo saber.